La dramática explosión de un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX, el 31 de agosto del pasado año produjo el desconcierto de la NASA y la compañía de Elon Musk que prefirieron guardar silencio hasta conocer con certeza las causas del accidente. Después de cuatro meses la investigación ha llegado a su fin explicando que una acumulación de oxígeno en el depósito COPV provocó una detonación que destruyó el cohete.
La compañía de Elon Musk ha respondido en todo momento a las cuestiones planteadas en torno a la explosión que también se llevó por medio el satélite propiedad de Facebook valorado en más de 200 millones de dólares.
Al fin SpaceX ha presentado los resultados de la investigación a la Administración Federal de Aviación norteamericana, con el fin de reanudar los lanzamientos para el día 8 de este mismo mes de enero.
Según la investigación, en la que también ha participado la FAA, la Fuerza Aérea de los EE.UU., la NASA y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, los motivos exactos que causaron la explosión y destrucción del cohete y el satélite de Facebook fue provocada por una acumulación de oxígeno entre el depósito COPV y una hebilla del revestimiento, lo que generó una combustión de la envoltura, y además la explosión del depósito CP.
SpaceX subsanará este error utilizando un nuevo diseño de depósitos que evite este tipo de accidentes.
Los investigadores afirman que el diseño de los depósitos COPV, facilita que el oxígeno líquido pueda acumularse en las hebillas que se utilizan para su revestimiento, por lo que pueden producirse situaciones en las que la fricción del oxígeno indebidamente acumulado pueda iniciar una combustión que lleve a la explosión del depósito.
Space X asegura que no se volverá a producir un accidente como éste porque a partir de ahora el diseño de los depósitos COPVs eliminará definitivamente este tipo de hebillas.