El martes pasado, el fundador de Facebook sorprendía al mundo con la presentación de Internet.org, una asociación cuyo objetivo es hacer llegar Internet a todos los lugares del mundo. En la iniciativa colaboran grandes firmas como Ericsson, MediaTek, Nokia, Opera, Samsung y Qualcomm, que desarrollarán proyectos conjuntos y movilizarán a la industria y los gobiernos para que el mundo esté en línea.
La idea es sencilla y parte de una evidencia. Actualmente 2.700 millones de personas (aproximadamente un tercio de la población mundial) tienen acceso a Internet, lo cual deja sin conexión a una amplia mayoría de 5.000 millones (dos tercios) especialmente distribuida por el tercer mundo y países en vías de desarrollo.
Muchos han criticado esta propuesta por ser en realidad un proyecto empresarial egoísta disfrazado de altruista aunque probablemente ambas opiniones no sean excluyentes.
Nadie puede negar que el acceso a Internet del resto de la población mundial beneficiaría a Facebook y las demás empresas implicadas, pero también es evidente que traería grandes beneficios y oportunidades a millones de personas del mundo empobrecido. Según Gary Swart, director general de O´Desk, una empresa de contratación en línea, "no se puede desdeñar el impacto que tendría el acceso a la red en la creación de empresas y puestos de trabajo."
Según los cálculos de esta empresa, si Internet.org tuviera éxito el volumen del mercado de trabajo online llegaría los 27.000.000 millones de dólares en el año 2022, sobre un total de 42.500.00 millones. La mayor parte de esos miles de millones fluiría hacia el mundo en desarrollo, donde los empleos buenos y modernos son más escasos.
Algunos países en desarrollo como Filipinas son un buen ejemplo de cómo un mayor acceso a Internet puede mejorar las condiciones de vida. Con un PIB per cápita de sólo 4100$ el país es uno de los más pobres del mundo. Sin embargo los trabajadores filipinos amantes de las nuevas tecnologías llegaron a facturar a través de la plataforma de O´Desk 55 millones de dólares. Teniendo en cuenta que la penetración de Internet en la población filipina es sólo del 32,4%, podemos imaginar el cambio que representaría hacer accesible la red a todo el mundo.
Para Gary Swart el acceso a Internet será un factor determinante en las poblaciones de los países en desarrollo:
"Internet elimina las barreras geográficas, lo que permite a las personas conectarse y trabajar juntos independientemente de donde vivan, la generación de nuevas oportunidades de negocio para todos los involucrados. Para los trabajadores, esto significa ser capaz de encontrar puestos de trabajo independientemente del lugar en que se encuentren, y que se les pague de acuerdo a una economía global."
Es obvio que la eliminación de fronteras será de gran ayuda para países que carecen de la posibilidad de crear un tejido empresarial o industrial basado en grandes infraestructuras. También la escasez de talento y especialización se verá reducida en gran medida al ampliarse el mercado de trabajadores.
Sin embargo tampoco puede obviarse los graves problemas asociados a los mercados globalizados. La competitividad desregulada que presiona los salarios a la baja en los países desarrollados tendrá que vérselas con un peligro mucho mayor que la inmigración. ¿Seguirán pagando los empresarios alemanes o suecos el mismo sueldo a sus trabajadores si pueden conseguir teletrabajadores mucho más baratos y sin protecciones laborales en Etiopía o Bangla Desh?
Hasta ahora un grave problema de los países en desarrollo ha sido la falta de capital humano, de conocimiento. Aún queda mucho camino por recorrer pero no cabe duda de que Internet.org puede tener importantes consecuencias a medio y largo plazo en la mejora de las condiciones de vida y oportunidades de la población más pobre del planeta.