Si hay alguna razón para impulsar el desarrollo de los sistemas de inteligencia artificial es para hagan aquellas tareas que los humanos no podemos hacer y muy especialmente para que no cometan los mismos errores que los humanos cometen.
Google ha conseguido un nuevo hito en la innovación y desarrollo de sistemas de inteligencia artificial. Sus algoritmos inteligentes serán desde ahora capaces de predecir riesgos cardiacos en un paciente con solo realizar un chequeo de sus ojos.
Ayer muchas personas miraron al cielo para ver un eclipse de sol que no se repetirá hasta el próximo año. Seguro que muchos siguieron los consejos difundidos estos días para proteger su vista, pero ¿también protegieron sus cámaras de fotos?
Pasados más de 50 años del lanzamiento de los primeros cohetes espaciales, resulta difícil captar la atención de los medios y la opinión pública con los nuevos retos tecnológicos que están sucediendo en el sector aeroespacial. Ayer se produjo uno de estos hitos que pasarán a la historia y una parte fundamental de su éxito, le corresponde al visionario emprendedor Elon Musk, cuya compañía SpaceX ha puesto en órbita de forma exitosa el Falcon Heavy, el cohete más poderoso en activo del mundo, con una capacidad de carga de 64 toneladas.
El marketing sale al espacio exterior Se trata de un vuelo experimental que transportará en su interior una carga puramente simbólica: un descapotable color rojo de la firma Tesla con el maniquí de un astronauta en el puesto de conducción, que surcará la negrura del espacio exterior hacia el interior del sistema solar, acercándose a la órbita de Marte.
"Me encanta la idea de que un automóvil se mueva aparentemente sin fin a través del espacio y tal vez sea descubierto por una raza alienígena millones de años en el futuro", tuiteó Musk el pasado 2 de diciembre.
¿Para qué mandar un automóvil al espacio exterior?, ¿servirá solo para incrementar la chatarra espacial?. Más allá de estas preguntas lógicas, la inclusión del descapotable eléctrico en este vuelo experimental es una espectacular acción de marketing que elevará la imagen de marca Tesla más allá del cielo y las estrellas.
"El entusiasmo y el interés que genera más que compensa el infinitesimalmente pequeño 'tirar basura' del cosmos”, dijo el experto en desechos orbitales Darren McKnight, director técnico de Integrity Applications en Chantilly, Virginia, que además bromeaba sobre el asunto:
"es una gran pérdida de un auto hermoso, así que me encantaría quedarme el nuevo Tesla rojo, y enviar mi Prius color plata de cinco años al espacio".
El presidente Trump elogió y felicitó en Twitter este éxito del ingenio y poderío del pueblo americano:
Falcon Heavy abre la puerta de la era comercial del espacio El lanzamiento exitoso de Falcon Heavy va más allá de una demostración de poderío en línea con las de la Guerra Fría.
El poderoso cohete de SpaceX mide 70 metros de alto –como un edificio de 23 plantas– y tiene 27 motores con una fuerza de empuje de más de 2.500 toneladas, equiparable a la de 18 aviones Boeing 747. Su capacidad de carga dobla la del cohete más poderoso que había hasta ahora en activo, el Delta IV Heavy de la United Launch Alliance (ULA, una empresa conjunta de las poderosas casas Lockheed Martin y Boeing).
Sin embargo el cohete de Musk es mucho más barato; según SpaceX el coste de un viaje del Falcon Heavy es de 90 millones de dólares, una cuarta parte del coste de poner en órbita el Delta IV Heavy.
De esta forma la firma SpaceX se posiciona como la compañía capaz de transportar más carga a menor coste para clientes privados y públicos tan poderosos como la NASA, las empresas de satélites de telecomunicaciones o el Ejército de EE UU.
El sueño de Elon Musk Falcon Heavy es la primera pieza del sueño de Musk: convertir los viajes al espacio en una posibilidad real y viable económicamente para el público general, ofreciendo un medio de transporte rentable para que las empresas privadas más ambiciosas sean capaces de llevar al ser humano a Marte.
El sueño de Musk va aún más allá, combinando el aspecto comercial, el desarrollo tecnológico y la curiosidad humana por explorar y descubrir otros mundos. El plan de Musk contempla la colonización del planeta rojo en varias etapas. A partir de 2022 los humanos podrían viajar a Marte en una nave que transportaría entre 100 y 200 personas cada 26 meses. Una experiencia que permitiría 'colonizar' el cuarto planeta en unos 100 años.
Los colonos de Musk, serán los encargados de abrir el camino a futuras expediciones y los primeros en humanos en ver son sus propios ojos los cielos color tabaco de Marte, su pequeño y cerrado horizonte, los primeros en tocar sus gélidas y enrojecidas arenas, sus agrestes rocas primigenias inalteradas a lo largo de los tiempos.
Emulando a los pioneros imaginados por Kim Stanley Robinson en su fabuloso Marte Rojo, estos valientes viajeros se enfrentarían a un mundo vacío y hostil a su naturaleza, que quizá con el tiempo, quién sabe, pueda ser terraformado para adaptarlo a los seres humanos.
El mítico vídeo “Take on me” fue uno de los grandes hits de los 80s que alzó al trío noruego A-ha a los primeros puestos de las listas de éxitos.
Rodado en 1984 con técnicas de rotoscoping, el videoclip recreaba una historia de amor entre una joven que hojea un cómic en la cafetería y un héroe del mismo que la invita a sumergirse en un mundo de tinta y papel.
Los coches voladores son aún un sueño futurista al que películas como Blade Runner nos han acostumbrado a ver como la continuación lógica de los vehículos terrestres. La tecnología avanza rápido y ya es capaz de fabricar interesantes prototipos como Volocopter, un gigantesco dron capaz de transportar una persona.
Los investigadores de Google están investigando la relación que se desarrolla entre los humanos y la inteligencia artificial con el fin de que ésta sea más útil para las personas.
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