Netflix lanza la nueva campaña de una de las series de más éxito de la plataforma, Black Mirror.

Como viene siendo habitual, la compañía ha aprovechado una situación de actualidad en nuestro país para promocionar con ironía la cuarta temporada de la serie. En este caso ha elegido el conflicto catalán para enmarcar su nueva publicidad.

Dado que el hilo argumental de Black Mirror trata sobre los avances tecnológicos en un futuro y las divisiones sociales que podrían ocasionar, Netflix en su campaña ha aunado este tema con el estrés que le supone a muchas personas ser conscientes de que hay otros con ideas diferentes y que siguen otras marcas y colores a su alrededor.

El anuncio promociona con una voz en off las Smart lens, unas lentillas que permiten adaptar el mundo exterior a lo que uno quiere ver. Al mismo tiempo se muestra a dos vecinos con balcones enfrentados, en los cuales cada uno tiene colgada su bandera, en un caso es la catalana independentista y en el otro la española. Con las lentillas el estrés se elimina, pues cada uno ve en su opuesto la misma bandera que él defiende.

El anuncio advierte que una exposición continuada a una realidad que no se ajusta a nuestra visión del mundo afecta negativamente al bienestar. De esta manera, el avance tecnológico mejora la convivencia y vida interior de los personajes, haciéndoles disfrutar del mundo que les rodea, aunque los sumerge a su vez en una realidad irreal, en la que ellos desean vivir.

El anuncio consigue crear al igual que la serie un conflicto filosófico, en este caso, sobre si es preferible vivir más feliz pero engañado gracias a los avances tecnológicos o ser consciente de la realidad aunque está no sea tan placentera, una dicotomía que lleva al espectador a analizar los pros y contras que ambos estados pueden ocasionar a la sociedad.