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outplacementSeguro que palabras como ERE, privatización, externalización, plan de viabilidad, reducción de masa salarial, deslocalización, optimización de recursos, ya forman parte de tu vocabulario. Todas ellas son formas y eufemismos para legitimar el despido cuyo fin es mejorar los beneficios de una empresa. Pero quizá no hayas oído hablar del "Outplacement", la otra cara de la moneda, aquella que se encarga de reintegrar al empleado despedido en el mercado laboral o adaptarse a un nuevo puesto de trabajo.

No hay día que los informativos dejen de bombardearnos con dramáticas noticias que hablan de reestructuraciones, externalizaciones, privatizaciones y planes de viabilidad que invariablemente llevan asociados despidos y ERES masivos.

 Miles y miles de trabajadores pierden su empleo cada mes y es la persona que pierde su empleo quien realmente vive y se enfrenta al drama y al cambio radical que suponen en su vida las nuevas condiciones a las que se ve abocado. Con tanto ERE, tanto despido y tanto trabajador en búsqueda activa de empleo no es de extrañar que disciplinas como el Outplacement y el Coaching estén cobrando auge en los últimos tiempos.

El Outplacement es una especialidad de los Recursos Humanos cuya finalidad es la reubicación de trabajadores que han perdido su empleo como consecuencia de fusiones, adquisiciones y reestructuraciones en la empresa. A menudo es difícil por no decir imposible hacer comprender al trabajador su despido cuando la empresa sigue cosechando pingües beneficios hecho demasiado común en nuestros días, véanse ejemplos recientes como el protagonizado por Coca Cola. Incluso cuando el trabajador entiende la situación puede ser necesaria cierta ayuda para gestionar la transición del trabajador hacia un nuevo sector profesional o un nuevo puesto de trabajo.

El turbulento escenario económico actual es el terreno de juego ideal para este tipo de empresas que pueden ofrecer soluciones profesionales a las corporaciones que afrontan procesos de fusión, adquisición o reestructuración.

Muchas consultoras de RRHH se ocupan profesionalmente de gestionar esas transiciones reorientando los objetivos profesionales de aquellos empleados que se desvinculan a causa de una reestructuración, generando una visión optimista de la nueva situación y redefiniendo un nuevo horizonte profesional. Para ello emplean un conjunto de técnicas que ponen en práctica en distintas etapas:

1. Evaluación de las capacidades, conocimientos, experiencias y aptitudes del empleado desvinculado y cómo puede potenciar al máximo sus cualidades profesionales.

2. Búsqueda de ofertas de empleo coherentes con los conocimientos y experiencia profesional anterior del candidato, tanto en el mercado visible como en el mercado oculto basado en el networking y las relaciones profesionales.

3. Estudio de las posibilidades de cambio de tareas y nuevos retos a los que puede acceder el candidato en función de su actividad habitual, con el fin de llegar a una total ruptura con su vida profesional anterior.

4. Orientación para que el candidato pueda emprender de forma autónoma un nuevo proyecto empresarial.

Además este tipo de empresas suelen proporcionar herramientas de apoyo (bases de datos, documentación, técnicas de expresión oral) para ayudar al candidato. También suelen realizar un seguimiento del mismo durante un periodo de un año hasta que el trabajador se reintegra en el mercado laboral.

Gana el trabajador y gana la empresa

Siendo la empresa quien despide parece razonablemente justo que sea también la empresa quien proporcione los medios para reintegrar a los empleados desvinculados en nuevos puestos de trabajo. Generalmente ésta suele hacerse cargo de los gastos calculados entre un 16% y un 20% de la remuneración bruta anual del asalariado y también de la redacción de cartas de recomendación y justificantes que ayuden al candidato a encontrar un nuevo empleo. Éstas actuaciones suelen mejorar la reputación corporativa de las empresas aunque lógicamente no pueden lavar la mala imagen que los despidos masivos producen en la opinión pública.

Por ello las empresas de outplacement pueden ser vistas tanto como negocios buitre que actúan sobre sectores profesionales con malas perspectivas (hoy día medios de comunicación, navales, inmobiliario) como los buenos samaritanos que tratan de arreglar las externalidades o daños colaterales que producen las reestructuraciones de las grandes empresas.

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