Justo ahora cuando la tormenta de la crisis arrecia con más fuerza y la marea baja de la recesión deja entrever un desolador panorama dominado por un mercado incierto, un raquítico consumo y una economía de supervivencia, es cuando las empresas deben poner a punto sólidas estrategias de resiliencia con el fin de crecer o al menos seguir en pie. El intraemprendimiento es una herramienta imprescindible en la moderna gestión del talento que puede ayudar de forma notable a conseguir estos objetivos.
Un intraemprendedor es una persona que innova, crea proyectos, propone nuevas soluciones y estimula el cambio dentro del marco de una empresa. El término saltó a la esfera del management junto al extenso artículo publicado en Economist (abril de 1982) por el economista británico Norman Macrae donde analizaba el modelo de éxito japonés y los rasgos básicos y ventajas del intraemprendimiento. A pesar de su madurez en otros países se trata de un concepto todavía poco arraigado y valorado en nuestro país.
En el libro Creative people must be stopped! el profesor de la Universidad de Vanderbilt Dave Owens, afirma que "los intraemprendedores son un elemento fundamental en la estrategia de la organización. La empresa debe hacer partícipes a sus empleados de la estrategia de la empresa y potenciar la capacidad innovadora poniendo los medios necesarios en manos de las personas adecuadas."
Claves para intraemprender
Veamos algunas de las características principales de un buen intraemprendedor:
1. Discreción: puede parecer extraño pero un exceso de autopromoción o hacer demasiado ruido en las etapas tempranas de la innovación puede llamar la atención de jefes y altos cargos que pueden hacer demasiadas preguntas entorpeciendo el proceso de creación. Si esto llega a ocurrir lo mejor es dejar claro que se trata de una fase preliminar del proyecto y que se están teniendo en cuenta las oportunidades, los riesgos y las recompensas. No olvidemos que no estamos invirtiendo nuestro dinero sino el de otros. No es bueno exagerar los posibles beneficios o prometer la luna antes de tiempo.
2. Pragmatismo y control del riesgo: un emprendedor puede dejar volar su imaginación y apostar su dinero en nuevos desafíos pero cuando se trata de un trabajador por cuenta ajena es necesario añadir una buena dosis de responsabilidad y pragmatismo en nuestro
proyecto. Es importante dejar claro que estamos evaluando los riesgos dentro de la estrategia de la empresa. De nada sirve poner en práctica una nueva idea si ésta supone un excesivo riesgo, no está adaptada al cliente o alineada con la estrategia de la empresa.
3. Autosuficiencia e independencia: es más fácil gastar el dinero de otros que el propio pero irónicamente el intraemprendedor debe intentar al igual que el emprendedor evitar una excesiva dependencia económica en su proyecto. Quien paga suele interesarse por el proyecto y como es lógico pronto pedirá resultados. Utilizar fondos de la empresa en etapas tempranas o en la fase experimental puede introducir una rigidez negativa para el proyecto. Por otra parte cuanto más concreto, más desarrollado y detallado es el modelo de negocio al solicitar el capital más prometedor resulta el retorno de inversión y más seguridad producirá en la parte inversora.
4. Contestar las cuatro preguntas: el intraemprendedor debe ser capaz de contestar los cuatro "porqués" para lograr la coherencia de su proyecto con la estrategia de la empresa.
* ¿Por qué esto?: Hacer esto significa no hacer otra cosa. ¿Satisface una necesidad del cliente?, ¿es una oportunidad dentro de la industria?, ¿sirve para el crecimiento?
* ¿Por qué ahora?: ¿es correcto hacerlo en este momento?, ¿existe un cambio en la legislación ,el mercado, la competencia?
* ¿Por qué nosotros?: ¿por qué nuestra empresa y no otra?, ¿tenemos una ventaja competitiva o activos clave?, ¿mejora o complementa nuestra estrategia?
* ¿Por qué yo?: ¿soy la persona adecuada para llevar a cabo el proyecto?, ¿merezco la confianza y el apoyo para conseguir el objetivo?
Por encima de todo el intraemprendedor debe actuar dentro de la organización lo cual significa evaluar constantemente el balance riesgo/ recompensa para la organización en su conjunto y no dejarse llevar por delirios de grandeza o posibles expectativas y gratificaciones. Aun así es fundamental la búsqueda constante del cambio y la mejora permanente aportando una visión personal y única.