La Comisión Europea ha acusado oficialmente a Google de abuso y posición dominante por obligar a los fabricantes y operadores de los móviles y tabletas que operan con el sistema operativo Android a instalar de forma predeterminada algunos de sus servicios, como el buscador y el navegador Chrome, en lugar de otros de sus competidores.
El presunto hecho denunciable es que Google exige en sus contratos con fabricantes y operadores de móvil la preinstalación de aplicaciones –hasta 11 según los casos-. Para la comisaria de competencia de la UE, Margrethe Vestager, "Los fabricantes no son libres de elegir qué motores y navegadores instalar. Google impide a los fabricantes usar versiones modificadas de Android en ninguno de sus dispositivos". A esta posición dominante se añade el hecho de que Android, lanzado al mercado en 2007, controla 71% del mercado en Europa, (58% en EEUU).
Además la compañía (según la UE), concede incentivos financieros a los fabricantes y operadores de redes móviles con la condición de que preinstalen exclusivamente Google Search en sus dispositivos.
El máximo organismo ejecutivo europeo ha presentado este mismo miércoles los cargos contra la matriz de la compañía Alphabet.
Se trata de un paso más en una batalla de la Unión Europea contra Google, que se inició hace justo un año (abril de 2015) cuando Google fue acusada de abusar de su posición de dominio en las búsquedas en internet al favorecer "sistemáticamente" su producto de comparación de compras en su buscador, anunció también la apertura de una investigación antimonopolio a Android.
"Sobre la base de la investigación que hemos llevado a cabo hasta el momento, creemos que el comportamiento de Google niega a los consumidores (el acceso a) un abanico más amplio de aplicaciones y servicios móviles y obstaculiza el camino de la innovación a otros actores, incumpliendo las normas antimonopolio de la UE", afirmó la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.
Sin embargo Google asegura que se toma "seriamente" las preocupaciones expresadas por la Comisión y no comparte la expresión de que “obstaculizan el camino de la innovación para otros actores”.
"Esperamos continuar trabajando con la Comisión Europea para demostrar que Android es bueno para la competencia y para los usuarios", asegura en su blog corporativo. "Android ha ayudado a fomentar un notable y sostenible ecosistema basado en un software de código abierto y promoviendo la innovación", dice la compañía.
Google sostiene que los acuerdos firmados con los fabricantes son totalmente y siempre voluntarios.
"Los fabricantes que quieren nuestro sistema deben certificar que sus aparatos soportan nuestras aplicaciones, porque sin nuestro sistema las aplicaciones no funcionarían de un aparato Android a otro".
"Cualquier fabricante" puede elegir cargar el pack de aplicaciones de Google a sus teléfonos o "libremente" añadir otras, afirman desde Mountain View.
Google deberá presentar alegaciones si quiere evitar las cuantiosas multas que se calculan podrían llegar al 10% de facturación.
Como ya se demostró con el conflicto de Microsoft, a la Unión Europea no le tiembla la mano con los monopolios de las grandes tecnológicas estadounidenses, por lo que Google hará bien en tomarse en serio las acusaciones.